Aprendizaje Profundo
Cuando lees un libro que te propone «enseñar distinto» uno se plantea: ¿Qué estamos haciendo mal?
Este libro podría ser el manual de base sobre la educación del futuro, que debería ser del presente desde hace décadas. Hacer una reseña de Enseñar distinto es el trabajo más difícil que he desempeñado hasta el momento en mi relación con Zenda; por varios motivos, el primero porque soy docente en todos los niveles educativos, y el segundo porque no hay frase que no merezca la pena recordar: la mejor reseña será disfrutar de esta lectura porque de su autora, por desgracia, ya no podremos.
«Con una mirada hacia el futuro, Melina Furman juega con el lector hasta el final, a quien interpela con preguntas sobre cómo nos enseñaron y qué hemos aprendido»
Melina era, en palabras de Marta Sebastián, “pura energía, optimismo, inteligencia, juventud, entusiasmo…”, y en este su último libro refleja un planteamiento esencial para la educación universal, y es que independientemente del país, la educación ha de ser el motor de arranque real de todas las sociedades, idea que nace de Adam Smith, quien sentó las bases de la economía política clásica en La riqueza de las naciones, afirmando que la fuente de la riqueza de un país no es el oro, sino el trabajo realizado por las personas.
Antes de los agradecimientos ya nos plantea aspectos básicos del acto educativo: el “conocimiento inerte” definido por Alfred North Whitehead, un tipo “raro”, siendo matemático y filósofo, que habló de la «filosofía del proceso», la cual considera el cambio como la piedra angular de la realidad. La “sed de aprender”, que es la esencia para distinguir la enseñanza del adiestramiento, se fundamenta en la indagación, las condiciones laborales de los docentes, la evaluación, las “rutinas de pensamiento”, educar en “marea baja” para aprender de la distopía que fue la pandemia, etc.
Con una mirada hacia el futuro, Melina Furman juega con el lector hasta el final, a quien interpela con preguntas sobre cómo nos enseñaron y qué hemos aprendido.
«El modelo fordista, impulsado por Henry Ford para fabricar coches de forma masiva y estandarizada a través de una línea de montaje, es aplicado en todos los sistemas educativos de países autoritarios»
A menudo aplico en mi vida las 5W del periodismo (quién, qué, cuándo, dónde, por qué), lo que me sirve para ser práctico, porque son preguntas que no admiten un sí o un no, sino una explicación y que sirven para situarnos y solucionar problemas. La educación tiene muchos problemas: los cambios legislativos según el gobierno de turno, las cargas horarias desiguales entre materias, los sistemas de evaluación, los amplios currículos, la inoperancia de la creciente burocracia, las reuniones baldías, el profesorado quemado, las condiciones laborales, la cuestionada autoridad del docente, la educación en las familias, el cambio social con las nuevas tecnologías, etc.
El modelo fordista, impulsado por Henry Ford para fabricar coches de forma masiva y estandarizada a través de una línea de montaje, es aplicado en todos los sistemas educativos de países autoritarios. Francesco Tonucci, en su libro Con ojos de niño, lo refleja de forma magistral en dibujos sobre la escuela y el pensamiento único y memorístico.
Sin embargo, Melina nos habla del antilismo, para que anotemos lo que no hay que hacer en la educación, por ejemplo, querer reinventar la rueda o reinterpretar a M. Montessori, L. Vigotsky, B. Bloom y otros.
«Casi finalizado el primer cuarto del siglo XXI, seguimos hablando de futuro en la educación, pero si Google te responde a algo entonces no es necesario dedicarle mucho tiempo en la escuela»
El “aprendizaje profundo” será el único que ayude al alumnado a entender, comprender, aprender, aplicar, lejos de convertirse en “zombis en la escuela”. Un pensamiento crítico y creativo no se construye mejorando los estándares del informe PISA (2022), en el que se resume que en España se imparten más horas de idiomas extranjeros que en la media de la OCDE y sin embargo la competencia lingüística es peor, lo que nos obliga a una reflexión profunda; en comparación con los resultados de 2015, España ha caído 15 puntos en matemáticas, 22 puntos en lectura y ocho puntos en ciencias.
Se debe enseñar para que comprendan y aprendan a vivir, y no para almacenar datos, lo que implica disposición. Casi finalizado el primer cuarto del siglo XXI, seguimos hablando de futuro en la educación, pero si Google te responde a algo entonces no es necesario dedicarle mucho tiempo en la escuela.
La “teoría de la huella” del francés Philippe Meirieu puede traicionar al docente pensando que haciéndolo bonito “cala” en el alumnado, pero no siempre es así. Nadie aprende a tocar un instrumento solo escuchando a un virtuoso. Howard Gardner (Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011) lo explica muy bien con sus inteligencias múltiples, porque en la línea de Freinet, sin motivación no hay aprendizaje.
Melina nos propone incorporar a los jóvenes a nuestro mundo sumándolos a la cultura compartida, y Albert Bandura acuñó el término de “autoeficacia” para definir el verdadero aprendizaje.
«Finaliza este libro con dos capítulos diseñados para poner en valor la evaluación y la retroalimentación»
Enseñar distinto es una alegoría a la creatividad, el trabajo colaborativo, la enseñanza compartida, la formación permanente en el compromiso de la carrera docente, la exploración y experimentación de nuevos métodos pedagógicos en pro de una enseñanza eficaz, significativa y profunda.
Es un libro práctico pero también para la reflexión entre docentes y en la propia vida, para suscitar nuevamente el debate sobre qué hacemos, cuándo, dónde, por qué y para qué, pero sobre todo poniendo en el foco al actor principal, el alumnado, o nuestros propios hijos. Nos propone reorganizar los espacios y los tiempos de la función docente, optimizando el uso de las tecnologías pero sin dejar de leer ni abandonar el libro en papel, a través de un trabajo constante de metacognición (John H. Flavell) para que aprender a aprender siga siendo un superpoder que se alcanza como un maratón.
Finaliza este libro con dos capítulos diseñados para poner en valor la evaluación y la retroalimentación. En ellos plantea una posición muy práctica, que ejemplifica con unas palabras de Salman Khan, fundador de la plataforma de aprendizaje Khan Academic.
¿Podemos continuar la construcción de un edificio si los cimientos están húmedos en un 20%? Eso nos pasa en muchos aprendizajes: sin una base formada, las matemáticas o los idiomas nunca serán comprensibles, porque aprender y aprobar son cosas distintas.
«Melina investigó toda su vida para que el aprendizaje fuera profundo y verdadero; su legado quedará en este libro, que debería ser lectura obligada en los grados con tendencia a la educación»
En España el nuevo sistema educativo (LOMLOE) vuelve a poner el foco, otra vez, en llevar a cabo una evaluación formativa en acción, sumativa, para que el alumnado aprenda los aprendizajes significativos. Sin embargo, esas herramientas evaluativas solo están al alcance de unos pocos docentes, que en su tiempo libre investigan y crean.
Se pueden cambiar los instrumentos de evaluación, hablar de situaciones de aprendizaje y trabajar por proyectos. Para hacer eso necesitas reunirte y horas comunes entre el profesorado. Cuando sales y entras de una clase a otra cada 50 minutos, o cambias de tarea cada equis tiempo con el mismo grupo, con alumnado que necesita apoyo constante de otro docente que no hay, poco queda para la reflexión, el trabajo consensuado, los proyectos, la co-docencia o cualquier otra fórmula similar.
Melina investigó toda su vida para que el aprendizaje fuera profundo y verdadero; su legado quedará en este libro, que debería ser lectura obligada en todos los centros universitarios que impartan grados con tendencia a la “educación”.
Javier Feito Blanco